Cómo afecta el dinero (o la falta de él), a nuestra salud mental

 

 

De acuerdo a informes de la ONU, ya antes de la pandemia, las estadísticas de salud mental eran preocupantes, sobre todo, los trastornos relacionados a la ansiedad y la depresión. De hecho, esta última afecta a 264 millones de personas en el mundo.

Una de las principales fuentes de estrés son las finanzas personales, según el estudio “360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond”, de la compañía aseguradora internacional Cigna. También fueron ,mencionados en este “top 3  la gran carga de trabajo y la salud personal. Cigna, también dice que los problemas económicos contribuyen a la aparición de trastornos como el aumento de la presión arterial, problemas de sueño, depresión u obesidad.  

Y bueno, la pandemia ha hecho que todo esto se magnifique.

Las familias con hijos, los jóvenes y las personas con ingresos bajos son las más vulnerables al llamado estrés financiero, de acuerdo al informe de 2015, Pagando con nuestra salud, de la Asociación Americana de Psicología. Siendo los problemas que más dolores de cabeza causan: los gastos inesperados, la falta de ahorro para la jubilación y los tratamientos médicos. 

En este episodio hablamos sobre el tema con el psicólogo clínico, Alejandro Kepp, egresado de la universidad Iberoamericana UNIBE en psicología mención clínica, con un Máster en psicología clínica basada en la evidencia por la universidad Complutense de Madrid. Alejandro ha recibido formaciones en Psicología Afirmativa LGTB, en abordaje en duelo, mindfulness, entre otras. Además, está detrás de la popular cuenta de Instagram sobre temas psicológicos, Simple Psych, y hoy decidí poner su conocimiento al alcance de todas mis chicas. 

Es un must listen. Así que, let’s begin!

¿Por qué es tan difícil para nosotros ser honestos acerca de nuestra salud mental o emocional hoy en día?

Yo dijese que hay dos razones principales. La primera es que hay mucho estigma, muchas ideas erróneas y estereotipos hacia una persona que tiene cualquier tipo de dificultad. Eso me lleva a la segunda, que es mostrar vulnerabilidad. Mostrar vulnerabilidad es muy difícil para los seres humanos, porque a nadie le gusta esa sensación de sentirse débil, o sentir que las demás personas te tengan pena. Estas dos razones, acompañadas del tabú y las enseñanzas de que este es un tema del cual no se habla, pues hacen una combinación propicia para que al final nunca lo toquemos.

 

Hemos visto campañas creadas por muchos psicólogos, no solamente a nivel local sino también a nivel internacional, de normalizar la salud mental y su comunicación. ¿Por qué ahora se ha hecho más énfasis en ello? ¿Será que hay más visibilidad o es que de verdad ahora hay más problemas en torno a la salud mental?

 Realmente las investigaciones si señalan que todos los años hay un poco más de problemas. Yo creo que hay personas que simplemente se han cansado del estigma y han decidido hablar. Pero también con la situación de pandemia que estamos atravesando ahora mismo, las organizaciones mundiales han dicho que esto no es sólo una pandemia física, sino que traerá consigo una cantidad de problemáticas mentales. Esto es debido a la situación a la cual nos estamos enfrentando, el confinamiento no es algo fácil, es algo que va completamente en contra de lo que somos como seres humanos. Yo creo también que las personas están perdiendo un poco el miedo y se han dado cuenta de lo importante que es hablar de estos temas, y que al final la vulnerabilidad no es algo que te hace débil, sino todo lo contrario, te hace un poco más fuerte.

 

Y justamente ahora que mencionas lo del confinamiento y todo lo que ha traído consigo la pandemia, entramos en el formato dinero, en el formato económico, y ha sido una de las áreas más afectadas. A medida que los negocios cierran o por ejemplo en el caso de muchos aquí en República Dominicana, siguen suspendidos, esto provoca una entrada de dinero limitada o quizás inexistente. ¿Qué tanto afecta el dinero, el tenerlo o no, a nuestra psicología, a nuestra salud mental, a nuestras emociones?

 ¡Afecta muchísimo! Tanto así que sabemos que una de las primeras dos razones por la cual los hombres, más que las mujeres, se suicidan son específicamente los problemas económicos. O sea, imagínate el nivel de impacto que tiene, que es una de las primeras razones por la cual una persona llega a tomar esa decisión. Esto tiene que ver mucho en que vivimos en una sociedad sumamente consumista, y que para hacer cualquier tipo de cosa necesitamos el dinero. Lo que ahora se sabe en cuanto a la depresión es que está muy relacionada con la cantidad de cosas que hacemos al día y a la semana. Es decir, por ejemplo, ir al cine, cortarnos el cabello o salir con las amigas a tomarse un café, estas actividades nos crean cierto tipo de bienestar y nos ayudan a no generar una depresión. El problema viene cuando tenemos problemas económicos, algo que puede estar sucediendo ahora muchísimo, y no podemos hacer estas actividades. No tenemos el dinero para darnos esa especie de lujo, esa especie de bienestar que normalmente se necesita. Estamos más propensos a sentirnos tristes, y si a esto le agregamos el confinamiento, donde no podemos tener un contacto cercano con nuestros amigos, nuestra familia, nuestras parejas, pues entonces tenemos otro factor de riesgo a sentirnos tristes y ansiosos.

 

Mencionaste el tema de la depresión y suicidio en los hombres. Y aunque hay hombres que nos escuchan, este programa se dirige en su mayoría a la mujer. ¿Qué podemos hacer nosotras, viviendo en una sociedad patriarcal donde mayormente se ve al hombre como el proveedor, si nos encontramos en una situación donde nuestra pareja perdió su trabajo o se encuentra en suspensión, donde hay un espacio de incertidumbre que no se sabe qué es lo que va a suceder? ¿Cómo uno puede ayudar o notar que esa persona se está deprimiendo?

 Ya de por sí, perder un trabajo es una situación estresante, lo más importante es no generar una nueva presión. En vez de culparlo, de uno mismo sentirse estresado, tratar de acompañarlo durante el proceso. Lo más importante que puede hacer una mujer es hablar del tema. Normalmente a los hombres no le gusta hablar de este tipo de temas por aquello del sexismo, o mejor dicho del machismo; prefieren guardárselo todo y pretender que está todo bien, mientras que las mujeres tienen la habilidad de hablar de sus emociones. Las mujeres incluso visitan más al psicólogo que los hombres, aunque ambos tengan la misma cantidad de problemas, porque poseen esa buena habilidad de hablar de lo que las turba, reconocer que tienen un problema e ir a un psicólogo. Hablando sobre el tema, ellas pueden transmitir eso a sus parejas, y brindarle ese apoyo dejándole saber que no está solo, o que es una situación por la cual están pasando ambos, y aunque difícil, de alguna forma le van a buscar la vuelta. Pero lo más importante es motivarlo a hablar de sus emociones, e incluso si lo logras convencerle de ir a un psicólogo, pues buenísimo.

Las mujeres visitan más al psicólogo que los hombres… me gusta decirle a la gente que, así como uno se hace chequeos médicos todos los años, con el doctor físico, pues el psicólogo es el doctor de nuestra salud mental, de nuestro cerebro. Así como cuidamos nuestro cuerpo, hay que cuidar nuestra salud mental.

 

¿Qué tan vinculada están nuestras emociones a lo que gastamos o compramos? ¿Y es cierto eso de que las mujeres gastamos más como sensación gratificante?

Realmente las emociones están estrechamente relacionadas con las compras. Hay un área de la psicología específica, que es la economía conductual, que ha estudiado la relación entre el dinero y nuestras conductas. Se han hecho varios estudios, uno de ellos conllevó hacer exámenes cerebrales a personas cuando tenían que comprar algún producto, y aquí se dieron cuenta que la parte que se iluminaba era la parte emocional del cerebro, no la parte racional. O sea, que cuando compramos algo, lo hacemos con nuestra emoción, no lo estamos comprando racionalmente. Y como es algo bien sabido, el mundo del marketing y la publicidad lo utiliza en nuestra contra, o más bien, a favor de ellos. Lo que tratan de hacer es que compremos productos, no tanto por el producto en sí, sino por la emoción que nos causa. Un ejemplo es la marca Coca-Cola, que vende felicidad y nos hace sentir parte de esa felicidad, entonces queremos comprarla por eso. ¡Todo está estrechamente relacionado!

 

Esto también puede ser un arma de doble filo, porque lo que en el momento nos da satisfacción, también puede ser un problema. ¿Qué medidas recomiendas podemos acatar para tomar mejores decisiones financieras cuando se está muy emocional?

 Primero es entender lo que está pasando. Compramos cosas para hacernos sentir mejor, por la sensación que da tener algo nuevo, por ese pequeño pico de felicidad, de placer. Es muy importante darnos cuenta del proceso; por ejemplo, si acabo de terminar con mi pareja, pedir 4 litros de helado gigante tal vez me haga sentir mejor durante 15 minutos, pero después de eso tal vez me siento igual de mal. Cuando ponemos esto en perspectiva, uno se da cuenta que tal vez lo que necesitamos es hablar de la emoción que se siente, o de tratar de resolver eso que nos tiene inquietos, más que comprar algo.

Hay una línea estrecha entre tristeza y depresión, y aunque esta pregunta te pueda sonar algo básica, ¿por qué entiendes que nos deprimimos cuando no tenemos dinero?

 Tiene que ver mucho con lo que estábamos hablando al principio, de que el dinero, en esta sociedad, nos permite hacer casi absolutamente todo y nos permite obtener esos pequeños momentos de bienestar que necesitamos. También tiene que ver con la cultura en la que vivimos, una cultura extremadamente consumista y donde hay una presión social muy fuerte en cuanto a las cosas que deberíamos tener. Entonces, para llegar a ser quien queremos ser bajo esa presión social, necesitamos siempre más cosas, y cuando no las tenemos, pues nos genera tristeza.

 

¿Cuál es tu percepción con las redes sociales? Como decías antes, tenemos una presión social y en las redes a veces solamente se muestra lo bonito, no lo feo que está pasando detrás. ¿De verdad las redes sociales pueden volver una persona ansiosa, o pueden volver a una persona depresiva porque no tiene algo que el otro tiene, o ya de repente había un problema que se arrastraba?

Voy a hablar de un experimento que es súper impactante, que se hizo en las islas de Fiji en los años 90 aproximadamente. En esa época se empezó a introducir la televisión y poco a poco todo esto de las redes sociales. El punto es que se midió la salud mental antes del hecho y después de. Ese experimento es sumamente importante en psicología, porque es el único momento en que se pudo medir cómo era una población antes y cómo fue después. Y una de las cosas de las cuales se dieron cuenta, es que la ansiedad es lo mínimo que te puede producir, hay cosas aún peores que puede provocar. Sólo un año después de que se introdujeron esos medios de comunicación y las redes sociales, se descubrió que el 48% de las adolescentes estaban empezando a desarrollar algún tipo de trastorno de conducta alimentaria, como por ejemplo anorexia o bulimia. Un signo de belleza en esa cultura, de mujeres normalmente bastante rellenas, anchas, en tan solo un año cambió completamente, cuando las adolescentes decían que estaban “demasiado gordas” y carentes del cuerpo que tenían las demás personas que ellas veían en las redes sociales. No es que las redes sociales necesariamente arrastren algo, ya de por sí hay una tendencia que todos tenemos, pero las redes sociales si nos puede producir un montón de problemas emocionales y problemas psicológicos, si no sabemos cómo manejarlas correctamente.

 

Eso te iba a decir, que debe haber un punto intermedio. Yo soy de las que piensa que, usadas correctamente, las redes sociales pueden ser bastante positivas. Pero también se han visto casos de personas que crean un aura falsa de lo que es su vida y luego se destapa, simplemente por aparentar que tienen ciertas cosas o por querer pertenecer. ¿Como podemos hacerle frente a eso?

La presión social tiene un poder súper grande, o sea, hacemos las cosas porque la sociedad lo hace, entonces es normal que queramos ir a ese restaurante. Pero hay que entender que no se puede. Entonces hay dos factores sumamente significativos, uno lo que podemos hacer es tratar de no seguir esas cuentas, esas páginas que no nos generan bienestar. Como tú bien dices, hay cuentas que nos ayudan muchísimo, cuentas sobre salud mental, sobre amor propio, cuentas para empoderar a mujeres que son súper buenas y nos ayudan. Hay otras que realmente podemos estar siguiéndolas, pero cada vez que vemos una foto que esa persona postea, nos sentimos mal, o cada vez que vemos algo nuevo que esa tienda está vendiendo, pues lo queremos. En el momento que nos damos cuenta de eso, podemos limitar el contacto con este tipo de cuentas. Y el segundo factor súper importante, y es un sesgo, que uno sabe que en ese momento uno no lo debe de hacer, pero al mismo tiempo uno lo hace.

 

Eso pasa mucho con el tema del dinero, queremos por ejemplo comprarnos un vestido nuevo, pero realmente estamos ahorrando para una casa o para un carro, y aun así compramos el vestido. ¿Por qué tomamos esta decisión? Pues realmente lo hacemos porque estamos mucho más propensos a pensar en el presente, que a pensar en el futuro. Y esto tiene una razón biológica, nuestros antepasados no sabían hasta qué momento iban a vivir, entonces no iban a dejar de hacer algo para hacerlo mañana, ya que no tenían la seguridad que al día siguiente iban a estar vivos. Entonces tenemos una tendencia a decir, ‘sí me voy a comprar el vestido’, y dejar los pensamientos de futuro a un lado.

¿Cuándo estamos emocionalmente en una buena relación con el dinero?

Estamos en una buena relación con el dinero, o en salud financiera, cuando somos conscientes del dinero que tenemos, y nos sentimos satisfechos de la forma en como lo estamos gastando. Se debe gastar dinero en base a tus valores, en base a las cosas que para ti son importantes. Y cuando digo para ti, es evaluar, por ejemplo, si estuve en este restaurante cuando lo que realmente me gusta es comer en casa, si lo estoy haciendo por mí o lo estoy haciendo por mis amigos. Por eso digo, es muy importante gastar dinero en base a tus valores, tener una deuda muy baja o nula, ahorrar dinero para alcanzar tus metas y tener una red de seguridad, o sea tener algún tipo de fondo de emergencia. Estas son las cosas sustanciales para saber que estamos en una buena relación con el dinero.

 

Y volviendo un poco atrás, ¿quién realmente gasta más? ¿Las mujeres realmente gastamos más que los hombres? ¿Es eso un hecho comprobado?

Yo me puse a buscarlo porque como que siempre se ha tenido ese estereotipo, y en República Dominicana, no hay estudios, los que existen son más hechos en Estados Unidos, y realmente no hay una respuesta concluyente. Lo que sí se cree no es que la mujer gasta más, sino que gasta diferente. Y es muy interesante el estudio porque mide en qué cosa la mujer gasta más y en qué gasta menos. En cuanto a los hombres, dice que gastan mucho más en comida, en alcohol, y en carros, mientras que aparentemente la mujer gasta mucho más en ropa y en servicios de belleza.

Pero es importante resaltar que aparentemente las mujeres también ahorran más al momento de comprar. O sea, las mujeres buscan más ofertas, buscan más descuentos, van más a outlets que los hombres. Y también hay un tema sumamente importante que se llama en inglés el pink tax, el impuesto rosa, que se le aplica a algunos productos femeninos, especialmente productos de higiene y de belleza, lo cual hace que estas mercancías sean más caras que la de los hombres, y crea una apariencia de que la mujer gasta más. Son factores que hay que tener en cuenta y que vale la pena destacar para romper estereotipos de que la mujer solo gasta y gasta.

Mencionaste al principio que siempre hay un aumento de casos en cuanto a la salud mental. Ese aumento de casos de manera particular, ¿lo has visto va más del lado masculino o del lado femenino, o qué sabemos de las investigaciones?

 Lo que señalan las investigaciones es que los problemas son iguales entre las mujeres y los hombres, pero las mujeres van a terapia, los hombres no. Llegan más a consulta porque los hombres usualmente lo reprimen, y esto tiene una consecuencia de que las mujeres al final pueden desarrollar mucha más inteligencia emocional, pueden vivir una vida emocional mucho más satisfecha que la que puede vivir un hombre. Un ejemplo bastante sencillo que te puedo dar es que la sociedad siempre le ha dicho a los hombres que no lloren, mientras que las mujeres pueden llorar y pueden sentir sus emociones, y esa conducta al final genera bienestar, mientras que el hombre le va a generar malestar.

  

Sí, yo creo que es un movimiento que está ocurriendo mucho ahora, y se está desarrollando un nuevo tipo de masculinidad que no es tóxica, donde al hombre se le permite hacer muchas más cosas. Al mismo tiempo las mujeres están mucho más empoderadas, un movimiento también más feminista, donde pareciera que va a haber un poco más de balance, ojalá sea así. Incluso eso es lo que busca mi cuenta de @simplepsych, hablar de salud mental, hacer que la gente entienda que todo el mundo puede hablar de este tema, y que todo el mundo sufre problemas de salud mental.