Motherhood Chronicles 5: El día que el cuento de hadas terminó

Era mi cita del siguiente mes, debía tener unas 12 semanas ya. Nunca me había costado tanto levantarme de mi cama, ni siquiera cuando tenía una gripe fuerte, pero debía ir al médico, y la realidad es que en medio de todo lo que estaba sucediendo, la emoción de ver al bebé por segunda vez y posiblemente saber su sexo me mantenían emocionada.

Para mi sorpresa, ese día no solo me diagnosticaron la presión alta, sino que había subido siete libras en un mes con todo y los malestares. ¿Cómo es posible? Mi médico inmediatamente me ordenó licencia médica por 15 días bajo la premisa de que me desconectara de todo. Era evidente que estaba ansiosa, pero no era evidente que estaba deprimida.

El que me diagnosticaran con la presión alta, y peor aún me medicaran, sinceramente creo que alteró todo más. ¿La razón? Además de la obvia: ¿cómo afectará esto al bebé? Estaba el hecho de que mi mamá justamente había fallecido por eso. Eso me cayó tan mal que la presión me subió aún más.

 De ahí me enviaron directamente a hacerme una sonografía para chequear que todo estaba bien con el bebé, y gracias a Dios así fue. Bebé y todo lo demás estaba como debía, incluso baby 2 estaba muy activo, como diciéndome “no te preocupes mamá que yo estoy bien”.

Recuerdo que en el camino llamé a mi hermana, quien además es doctora, y yo iba todo el tiempo llorando mientras trataba de explicarle lo que estaba pasando.

 Llegar a casa a pensar y sentirme aún más triste, a desacelerarme del trabajo por orden médica y a tratar de no pensar en lo que podía suceder ha sido uno de los días más pesados y de mayor incertidumbre de este año. ¿Qué pasará en los meses siguientes? ¿Qué realmente significa todo esto? ¿Saldremos de esta? Es increíble la cantidad de preguntas locas que una se hace (y a Google) cuando llega la incertidumbre.